Mermelada de piña sobre una tabla.

Tips

Trucos y consejos para preparar mermeladas caseras

Te explicamos cómo hacer mermeladas caseras con muy pocos ingredientes y algunas recomendaciones que te ayudarán para que sean un éxito.

En Recetas Nestlé® te enseñamos a cocinar unas deliciosas mermeladas caseras y a entender la función de los ingredientes que utilizamos

La mermelada es un producto delicioso que funciona con distintas comidas. El clásico es con unas tostadas y mantequilla, pero también ayuda a decorar o incluso rellenar postres y pasteles.

Además, sabe muy bien con una bola de helado y, por qué no, una cucharadita directo a la boca es muy rico. Si haces una mermelada casera puedes experimentar prácticamente con cualquier fruta siguiendo los mismos pasos, sólo hay unos cuidados y variaciones pequeñas.

Y aunque únicamente se necesitan tres ingredientes para prepararlas, la fruta, azúcar y jugo de limón, es importante que seas paciente, porque aunque suena sencillo, hay algunas cosas que debes tener en cuenta para que tu mermelada sea un éxito.

 

El trabajo que cumple el azúcar

 Aparte de la fruta, el otro ingrediente fundamental es el azúcar. Como primera recomendación, utiliza azúcar blanca por dos razones. La primera, su sabor es más suave, por lo que ayuda a no esconder el sabor de la fruta. Y la segunda es que, a diferencia de la azúcar morena, no oscurece la mezcla y hace que se mantenga el color.

En términos de presentación el color es fundamental, sobre todo si tu intención es hacer un negocio de mermeladas caseras. O imagina la repisa de tu cocina con diferentes preparaciones, con un arcoíris de sabores.

Además de endulzar la mermelada, el azúcar también funciona como conservante. Y no te olvides de fijarte muy bien en el que compres, ya que algunos incluyen pectina. También es importante que se disuelva mientras las frutas se cocinan, es en este punto en el que dejan de ser dos elementos separados, para darle vida a las mermeladas.

 

¿Cuánto azúcar debes utilizar?

Esta medida depende de la fruta y tus propios gustos, pero más allá de eso, lo que jamás debes hacer es tener más azúcar que fruta. Sin embargo, por lo general debes pensar en tener una proporción de 750g de azúcar por cada kilo de fruta.

 

La importancia de la pectina

Uno de los ingredientes más importantes a la hora de hacer una mermelada es la pectina. Lo curioso es que está presente en algunas frutas, así que no tienes que añadirla en todas las preparaciones. Su papel es muy claro: espesar la mermelada casera, es fundamental a la hora de darle esa textura característica.

En este punto seguramente te estás preguntando: ¿Y cuáles son las frutas que tienen más pectina? Tranquilo, tenemos la respuesta. La manzana, el limón, la mandarina, los arándanos, las uvas y la naranja son altas en pectina; el melocotón, la pera, la piña, la mora y la cereza tienen poca; y el albaricoque, la frambuesa y las frutillas tienen un contenido medio de pectina.

 

Pectina natural, la respuesta a tus preguntas

Si vas a hacer una mermelada con una fruta que tiene poca pectina, la solución es muy sencilla y no tienes que buscar en el supermercado algún producto específico. Simplemente aprovecha las frutas altas en pectina. Puedes utilizar el corazón de una manzana. Debes quitar las semillas, cortar la parte de arriba y abajo, partirla en pedazos pequeños y añadirla a la mezcla de la fruta y el azúcar.

También debes tener en cuenta que cuando las frutas están muy maduras, se reduce su cantidad de pectina. Así mismo, si tu preparación pasa demasiado tiempo en el fuego, el calor la concentrará demasiado, quedando una textura muy firme.

Recetas recomendadas

Mermeladas caseras de frutas

Definitivamente en lo primero que pensamos cuando hablamos de mermeladas, son aquellas que se usan cuando sale el sol. Casi que es inevitable imaginar unas tostadas con mantequilla y una capa de color rojo, al lado de un Nescafé® y unos huevos, en las primeras horas de la mañana.

No olvides los siguientes consejos, que debes tener en cuenta a la hora de preparar tus propias mermeladas caseras. No importa la fruta que utilices, estas recomendaciones sirven para todas.

  • Nunca te olvides, ya sea para preparar mermelada o no, de limpiar las frutas, pero hazlo con cuidado, lo último que queremos es estropearlas. Y fíjate bien si tienen alguna parte ya dañada, así sea pequeña puede dañar la mermelada.
  • No utilices frutas que te sobraron de algún evento o que te olvidaste de comer en la semana. Es clave que esté en su punto, ni muy madura, ni muy verde, e ideal si está fresca. Como ya dijimos antes, recuerda que si está muy madura va a tener menos pectina.

¿Cómo se prepara la mermelada casera?

Siempre tienes que retirar el sépalo y el pedículo de las frutillas, es decir, las hojas y el pequeño tallo que suelen llevar, así como las pepas de las frutas que tienen, como los damascos y duraznos. Por otra parte, puedes dejar la fruta junto al azúcar de un día para otro.

Por último, mantén un plato frío en la nevera, más tarde lo utilizarás para ir probando la textura en muy pocas cantidades, y no olvides la relación de azúcar y fruta de la que ya hablamos un poco más arriba.

Ahora sí, vamos a cocinar.

  1. Corta la fruta y ponla con el azúcar a fuego medio en una olla. Ten en cuenta que si quieres que la mermelada tenga pedacitos de fruta, no la cortes en pedazos muy pequeños, ya que en la cocción se va a deshacer y reducir su tamaño.
  2. Añade el jugo de medio limón, que ayuda como conservante, además de activar la pectina y prevenir la cristalización del azúcar.
  3. Si estás usando una fruta con poca pectina, añade un corazón de manzana a la mezcla.
  4. Revuelve suavemente y de vez en cuando para que el azúcar se disuelva y no se pegue a la base de la olla. En todo este proceso retira la espuma de la superficie.
  5. Si utilizaste una fruta licuada, en unos 15 minutos la mezcla estará espesa. Si llevaste la fruta picada directamente a la olla, tardará más tiempo. Es importante que tengas paciencia para que el azúcar y el jugo que sueltan las frutas se mezclen.
  6. Para revisar la textura de la mermelada, toma un poco de la mezcla y colócala en el plato frío que tenías en la nevera. Espera a que la mermelada esté a temperatura ambiente y frótala un poco, así comprobarás su consistencia. Ya depende de cómo prefieras el producto, deberás dejarlo más o menos tiempo cocinando.
  7. Una vez tenga la consistencia que quieres, vierte la mezcla en el frasco. Te recomendamos utilizar un embudo de metal, es mucho más fácil y limpio.

 

Cómo conservar tus mermeladas caseras

Hay quienes son tan fanáticos de las mermeladas que prefieren hacer conservas para que nunca falte en sus casas. Más allá de tu intención, si haces una mermelada para comértela en unos días o si quieres que dure meses, hay algunas cosas que debes tener en cuenta para que no se vayan a perder.

Aparte de elegir las frutas en su punto y de estar pendiente durante toda la preparación, asegúrate de guardar tus mermeladas en un frasco de vidrio muy limpio que puedas cerrar correctamente y al que no le entre aire. Si tuviste que abrirlo con un cuchillo para hacer espacio, esa tapa ya no funciona.

También debes lavar los frascos. La opción más segura es dejarlos en agua hirviendo por 10 minutos, con sus respectivas tapas, y después dejarlos secar totalmente. O bien los puedes limpiar con alcohol y dejarlos bien secos.

Si quieres conservar tu mermelada hasta por cinco meses, hay un truco muy sencillo que te va a sorprender por lo fácil que es. Debes llenar el frasco con la mermelada casera casi hasta el tope, dejando poco espacio. Lo cierras muy bien, no puede entrar aire. Por último, voltéalo y déjalo boca abajo por cuatro días. Cuando pase ese tiempo vuélvelo a voltear y si en tres meses tienes ganas de mermelada, le darás las gracias a tu cocinero casero del pasado.

 

Algunas ideas para aprovechar las mermeladas caseras

Ya sabes cómo hacer una mermelada en tu casa, ahora únicamente tienes que empezar a prepararla. Sigue nuestros consejos para que logres la textura y el sabor que deseas.

Lo grandioso de la mermelada es que la puedes usar para muchas otras cosas aparte de untarla en tostadas al desayuno. Como nos encanta que sigas cocinando y descubriendo recetas, te compartimos unas cuantas opciones para que experimentes con tus preparaciones caseras.